Me voy para Chile




Diariamente se escucha a un amigo, a un familiar, a un vecino, hablar sobre la difícil situación económica que se vive en Tuluá, dicen estar a punto de tirar la toalla, que su negocio va a cerrar, o que no encuentran empleo, que en resumen no saben que hacer, y resulta inexplicable, porque hablamos de esta bella ciudad, la cual es cruzada por un majestuoso rio, y que tiene la mejor ubicación posible de una urbe en el occidente del país, esta ciudad “Tuluá” se da el lujo de tener una zona rural que va desde el corazón del Valle, hasta llegar al departamento del Tolima, a pesar de eso, la gente se va por falta de oportunidades, con preocupación noto que microempresarios, jóvenes talentosos, mujeres cabeza de familia y emprendedores buscan irse a Antofagasta, esa ciudad chilena que se ha convertido en la meta de muchos, ¿por qué se van pregunto? porque uno deja todo tirado, cuando no cree en el lugar donde está, algunos responden “aqui no hay nada que hacer”, la migración de Tulueños a chile se debe en resumen a la falta de oportunidades, el desempleo, la poca oferta de vivienda, porque toca buscar un político-politiquero, concejal, alcalde, para que ayude con un “puestico”, esas razones generan que hombres y mujeres abandonen su tierra, algunos dejando a sus hijos bajo la tutoría de abuelos, familiares, y ni hablar de la fuga de talento humano, aquellos cerebros capaces de apostar al desarrollo regional, pero que nunca reciben una oportunidad, porqué no obtuvieron la bendición del gamarral, todo esto representa algo ambiguo, por una lado un fracaso como sociedad, y por otro demuestra el tesón y pujanza de nuestra gente, pero vale preguntarse, una ciudad con tanto potencial, con buena ubicación, donde la gente viene a consumir, de gran potencial turístico, como llegó a ese estado, porque seamos sinceros, una cosa es vivir en Tumaco, Chachagui o Tangamandapio, pero otra muy diferente, estar en pleno centro de un departamento, tener un presupuesto de doscientos mil millones anuales en su alcaldía, y ver pasar el 70 % del comercio de un pais, frente a ese panorama me preguntó si podemos hacer algo para sacar a Tuluá de estas condiciones, y mi respuesta es claro que si, pero requiere de un proyecto ciudad, que no solo sea puentes y vias, que muy lindas por cierto, pero y para comer qué, recuperar el sentido de pertenencia, y apostar a una nueva dirigencia seria el primer paso como sociedad, porque en resumen vivimos juntos y decidimos juntos, que se invierta en calidad de vida y oportunidades la ciudad y su gente lo pide a gritos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

FUERA AFROS Y VICTIMAS DE TULUÁ

¿PARA QUE SIRVE LA UCEVA?

CAMPESINOS INVISIBLES